Historia de Oropesa

05.03.2014 12:29

El origen de Oropesa en la Historia es tan confuso como remoto. Lo que si es cierto, es que el factor determinante de su desarrollo lo constituye la ubicación geográfica de la zona, situada entre la sierra de Gredos y el río Tajo, dominando amplias extensiones de terreno y los pasos naturales entre dos mesetas y entre Castilla y Extremadura.

En ciertas ocasiones, se ha relacionado la fundación de Oropesa con la antigua mitología. Así, por ejemplo, se habla de que en 1716 a. C., el capitán griego Oróspedo Aránculo bajó con los ejércitos de Hércules desde Ávila a Trujillo, fundado a su paso la ciudad de Oróspeda. Otra teoría desglosa el término en la palabra griega oros, 'monte', y la latina pes-pedis, 'pie', viniendo a significar 'al pie de la montaña', explicación que vendría justificada por su situación orográfica. Otra muy popular, aunque llena de fantasía, indica su origen en la época de dominación musulmana. Según cuenta la leyenda, los moros tenían cautiva una doncella para cuyo rescate los templarios tuvieron que pagar su peso en oro, y de aquí Pesa oro, Oro pesa. Tan arraigada se encuentra esta historia que en el propio escudo de Oropesa se encuentra una doncella sosteniendo una balanza para determinar su peso. También se dice que entre los siglos IV y III a. C., se asentaron los vetones y construyeron ya sobre la montaña una torre de observación llamada otobesa, para su defensa frente a las hordas romanas que posteriormente les someterían en el siglo I a. C., construyendo éstos una muralla alrededor de dicha torre.

Respecto a la época musulmana, se conservan escasos restos, sólo algunos elementos del Castillo. No obstante, dan testimonio de esa ocupación el trazado actual del casco urbano, así como el Castillo y el Palacio Condal (antigua alcazaba musulmana), la Plaza antigua (zoco). 

Con el paso de los siglos, Oropesa pasa a convertirse en una de las principales plaza de la frontera del reino de Castilla; gracias a su situación estratégica inició un proceso de crecimiento del que son testigos los primeros restos conservados del castillo. Hacia el año 1080, Oropesa debió ser ocupada por los castellanos, junto a la toma de Toledo y Talavera. Sin embargo la repoblación de estas tierras por Alfonso X y Sancho IV, no se hará efectiva hasta finales del siglo XIII. Es en este momento cuando se crea el Realengo de Oropesa y se reedifica la fortificación.

A partir de 1366 Oropesa se vincula, en la historia, a la familia de los Álvarez de Toledo y Figueroa, pro concesión de Enrique II. Este señorío se convierte en condado en 1477, cuando Isabel la Católica lo otorga a favor de D. Fernando Álvarez de Toledo.

Desde este momento, y coincidiendo con el descubrimiento de América, Oropesa conoce una etapa de esplendor, construyéndose gran parte de los monumentos existentes en la actualidad. 

Son personajes ilustres D. Francisco Álvarez de Toledo (Virrey del Perú), D. Fernando y D. Juan Álvarez de Toledo (III y IV condes) o D.  Manuel Joaquín Álvarez de Toledo (primer ministro de Carlos II); destacan también religiosos como San Alonso de Orozco, fray Alonso  de Oropesa y fray Juan de los Ángeles.

Tras la guerra de Sucesión, y con el fin de la dinastía de los Austrias, el Condado de Oropesa conoce una época de agitación que concluye con su anexión al ducado de Frías en 1806.

A mediados del siglo XIX tenía 330 casas y el presupuesto municipal ascendía a 45.567 reales de los cuales 4.400 eran para pagar al secretario.

En su término existieron diferentes poblaciones, hoy ya destruidas, como la de Aravalles, en el camino que va a Parrillas, Guadiervás altas y bajas, a las orillas del río Guadyerbas o Fuente del Maestro, en el camino que va a El Puente del Arzobispo. De otros despoblados como los de Aldehuela, Ruimartin y Fuente de Cantos, se tienen noticias de su existencia, aunque no se pueda fijar donde estuvieron situados.2

Referencias: